CONFINAMIENTO Y TEST GRÁFICOS PROYECTIVOS
¿Cómo está afectando el confinamiento a los niños?
Los DIBUJOS de los NIÑOS y el CONFINAMIENTO
Cuando dibujamos también nos manifestamos,
proyectamos en nuestros dibujos cómo somos y cómo es nuestra relación con los demás
El hombre comenzó a dibujar y pintar antes que a escribir, y los primeros lenguajes fueron ideográficos, es decir plasmaban una idea, una acción a través de la imagen de un dibujo. A través de los Test Gráficos Proyectivos vamos a ver a la persona proyectada ante las distintas situaciones de la vida y sus reacciones ante ello. Son una herramienta que facilita el estudio del control adaptativo de la persona.
Uno de los Test es El dibujo de Persona bajo la lluvia, y sería un buen dibujo a analizar en estos días, puesto que ayuda a observar la tolerancia a la presión y a la frustración que tiene el individuo. En este dibujo afloran sus mecanismos de defensa, cómo actúa ante situaciones complicadas, qué nivel de ansiedad le provoca y si pone en marcha las herramientas de que dispone.
Cuando se dibuja, cambiamos el lenguaje verbal por el lenguaje gráfico y a través de su análisis podemos explorar la personalidad de un adulto o de un niño. Soy grafóloga y aunque en el caso de los niños siempre se puede analizar la evolución de su escritura, es de gran ayuda y hasta enriquecedor pedirles que dibujen, ya que se complementa muchas veces información necesaria.
Los Dibujos de los Niños y el Confinamiento
Los niños no ponen resistencia normalmente en dibujar, al contrario ellos se encuentran en su salsa con un lapicero en la mano y frente a un papel. Solo aquellos que se sienten criticados en su ambiente, van a mostrar inseguridad al dibujar y nos pueden decir “no me está saliendo bien”, cuando en realidad lo que están haciendo es pulsando nuestra opinión sobre su dibujo.
Con el confinamiento por el Coronavirus, estamos atravesando por una circunstancia que altera el día a día de todos, y en el caso de los niños que están en proceso de desarrollo y dependen en mayor grado del entorno para regular sus emociones y conductas, estas pueden verse afectadas. Necesitan hábitos y rutinas ya que les ayuda a regularse, también tienen necesidad motriz al aire libre, de interactuar con sus iguales y sobre todo tener una situación de estabilidad y certeza, para no generarles intranquilidad y desconfianza y en definitiva, malestar.
La ansiedad no es estar nervioso: a los niños les cuesta explicar su ansiedad
La falta de juego al aire libre con otros niños, el posible estrés prolongado, el aburrimiento y el distanciamiento social puede provocar en el niño ansiedad. También puede ser el reflejo de la ansiedad que viven los padres, ya que los niños con sus antenitas detectan el malestar del ambiente.
Esta puede presentarse en forma de miedo o preocupación, pero también como irritabilidad. Sus síntomas pueden ser problemas para dormir, cansancio, dolores de cabeza o de estómago.
Son diferentes rasgos en los que nos fijamos cuando analizamos un dibujo infantil, lo primero es tener en cuenta su edad, es decir analizar según el proceso de aprendizaje que implican las distintas etapas. En general nos fijaremos en la presión, en la continuidad de los trazos, la situación en el plano, el tamaño, la forma (si hay ángulos o curvas).
Así por ejemplo, en la etapa del garabato, el niño tímido e introvertido nos mostrará un dibujo situado a la izquierda del papel y de tamaño pequeño. Y el extravertido y sociable, dibujará a la derecha del papel y de tamaño grande. Si es amable y cariñoso, dibujara con formas redondas, curvas, mientras que el irritable lo hará de forma angulosa.
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La presión nos indicará la vitalidad del niño, pero una presión muy fuerte, además de una gran vitalidad, puede reflejar irritabilidad y otros aspectos. La presión fuerte es signo de buena vitalidad; la fina nos muestra a un niño más tímido y con poca energía. La presión débil puede ser debida a problemas de vitalidad.
Los trazos unidos, hechos de una vez, muestra a un niño decidido, vitalista y con buena capacidad motriz. Mientras que un trazo ejecutado en varias veces es síntoma de indecisión, de falta de vitalidad y bajo tono motor.
El color en los dibujos de los niños ayuda a expresar los sentimientos, mueve la sensibilidad y la emoción
Cuando un niño no utiliza color en sus dibujos y son monocromáticos, siempre y cuando tuviera a disposición otros lápices de colores, nos puede indicar pereza, falta de motivación y reserva. Pero en realidad, el niño no nos está ocultando nada, simplemente desea ser comprendido. El color les ayuda a expresar los sentimientos.
El análisis del color puede ser un mecanismo complementario para el estudio de dibujos de niños. Y además de analizar los colores que utiliza, es importante observar tanto si el color aparece en el lugar adecuado, como la intensidad del color.
El rojo: es el primer color que ven los niños. Los estimula. Su uso nos está indicando energía, dinamismo, pasión. Sin embargo el exceso de rojo puede ser negativo si va acompañado por líneas angulosas o muy presionadas pues nos hablaría de agresividad e impulsividad.
El rosa: Es una combinación del rojo más el blanco, por lo que el rojo pierde intensidad. Es un niño afable, cariñoso y de fácil contacto. Es normal que lo utilicen para colorear la cara, brazos y manos y las piernas, pero también para colorear vestidos.
El naranja: Está compuesto por el rojo y el amarillo y es uno de los colores más brillantes. Expresa energía, creatividad, ánimo y necesidad de contacto social. Lo suelen emplear niños que disfrutan de los juegos en equipo para demostrar su espíritu competitivo. Es normal utilizar este color en los alimentos y en la ropa.
El amarillo: Representa alegría, inteligencia y viveza mental. Se usa para el sol, pelo y ropa. Es muy conveniente su uso en niños que tienden a dispersarse, a no concentrarse o en niños con dificultades de aprendizaje. Su exceso nos hablaría de hiperactividad.
El azul: Simboliza la reflexión y la serenidad, la prudencia y la adaptación, la paz, la armonía y la tranquilidad. El niño que prefiere el azul normalmente es introvertido y le gusta ir a su ritmo. Muy utilizado en nubes, agua, ropa y cielo. Pero si no encaja con el dibujo nos da a entender que se trata de un niño que se siente presionado y que desea un poco de paz.
El verde: Representa la naturaleza y se compone del amarillo y del azul. El niño que utiliza el verde es sensible, intuitivo y constante. Pero si lo utiliza de forma inusual, por ejemplo un sol verde, nos indicaría un cierto sentido de superioridad. Se usa en árboles, ropa, fachadas de casas, en el suelo que representa un campo o un jardín.
El marrón: Este color está relacionado con el elemento tierra, con la estabilidad, la estructura y la planificación. Representa la búsqueda de la tranquilidad y la seguridad. El niño que emplea con frecuencia el marrón aprecia la seguridad y la estabilidad, es minucioso y paciente, aunque de reacciones lentas. Es normal en el tejado y la fachada de las casas, en el tronco de los árboles, en el suelo, en los zapatos y en la ropa. Si predomina indica exceso de responsabilidad.
El gris: Se forma con el blanco y el negro. El niño que lo utiliza se debate entre lo conocido y lo desconocido, tiene falta de seguridad y puede ser influenciable.
El blanco: Es muy raro que el niño utilice este color, pues lo que hace normalmente es dejar los espacios sin colorear para formar el blanco. Puede significar sentimientos reprimidos. Es normal que este color aparezca en el interior de las nubes y en la ropa.
El violeta: Indica idealismo. Su exceso en un dibujo indicaría posible miedo a defraudar a los padres, exceso de asumir responsabilidades que no le corresponden por su edad, maduración temprana.
El negro: Representa lo desconocido, el inconsciente, todo aquello que no vemos. Es positivo cuando lo utiliza en el lugar adecuado, pues no está transmitiendo confianza en sí mismo. Pero si no es así, lo estará usando como autoprotección para ocultar sus sentimientos. Es normal que aparezca en los zapatos, las ruedas de los coches, el pelo y los ojos.
El objetivo debe ser aportar a los niños un clima de calma, cariño y confianza. Si el nivel de adaptabilidad familiar es flexible, el niño aprenderá a flexibilizar. Es necesario asumir la nueva realidad para seguir adelante.
© Ana Rosa Rodríguez Cruz – Grafoanalista forense
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