Feng Shui y el Sentido Común

Antes de empezar a aplicar las recomendaciones que nos puede hacer el Feng Shui, y así conseguir el buen fluir de las energías en nuestro entorno, es necesario parar un momento y preparar nuestra mente también, hay que empezar a pensar en Feng Shui.

El Feng Shui se basa en el movimiento y su filosofía es que todo está unido por la energía, la energía del exterior está relacionada con la del interior. Se trata de una única energía, La Energía Universal. Empezaremos a ser consciente de la energía que nos rodea y de los sentimientos que nos transmiten las cosas y nos daremos cuenta de la relación que existe con los hábitos, personas y acontecimientos de nuestra vida.

Comienza aplicando las siguientes recomendaciones:

• Orden
  Estanterías sobrecargadas, pilas de revistas en una esquina, armarios llenos a reventar con espacios que producen un atasco de la energía y están pidiendo a gritos que se ordene y se realice la consecuente limpieza.
  “Eliminar lo viejo significa crear espacio para la nuevo”.
• Limpieza
  Se trata de limpiar preferentemente con nuestras propias manos, ya que así se inicia un proceso consciente que le hará verlo todo más claro. Este es el paso intermedio hacia la armonización de las energías de nuestra vivienda.
  “Lo que ves a tu alrededor debe gustarte”.
• Eliminación de energías invisibles
  A menudo se nos olvida, aunque sea importante, que todo lo que ocurre en un espacio cerrado y también lo que se introduce desde el exterior queda almacenado en los muebles, objetos y paredes.
  Con el tiempo, esto puede crear una problemática “montaña de basura”. Los espacios sin asear producen un efecto de “cansancio”, el estado de ánimo decae y en conjunto todo funciona más lentamente.  “Limpiar lo que se ve y lo que no se ve”.

Tenemos que limpiar todos los rincones de nuestro entorno así como los rincones de nuestra mente. Quizás nos puede parecer extraño relacionar el Feng Shui con la mente, pero todo va unido porque realmente ahí es donde esta “El Secreto”. Todo en nuestra vida tiene relación y el espacio exterior y el interior donde vivimos van íntimamente ligados.

Siente que te transmiten las cosas que te rodean y te sorprenderá comprobar que tiene mucho que ver con tú forma vida actual.

Cuando empieces a limpiar, organizar y decorar tu entorno exterior, sentirás como tu mente empieza a reorganizarse casi sin esfuerzo, déjate sumergir en ese sentimiento.

Esto mismo se puede hacer también al revés, puedes empezar a reorganizar tú mente, limpiar esos rincones mentales, quitarte de la cabeza esas ideas molestas que no tienen ningún sentido que estén ahí y que un día se instalaron por algún motivo y no hemos sido capaces de quitarlas pensando que las cosas son así, que la mente no se limpia, esta es la equivocación, la mente se limpia y es de las cosas más importantes en nuestra vida.

Para trabajar con tú interior una de las cosas por donde puedes empezar es por revisar tus hábitos y como estos te hacen sentir.

“Siembra un pensamiento y cosecharás una acción; Siembra un acto y cosecharás un hábito; Siembra un hábito y cosecharás un carácter; Siembra un carácter y cosecharás un destino”. – Emerson

 Cuando empezamos a organizar y limpiar nuestra mente, sorprendentemente sentimos unas ganas tremendas de cambiar las cosas de sitio, de comprar ropa nueva, incluso de cambiar de casa ¿porqué? La respuesta es el movimiento, algo cambia, la energía empieza a fluir y se transforma. Esto es el Feng Shui. Lo mismo ocurre cuando volvemos de un viaje, volvemos con la energía del entorno en el que hemos estado y eso se traduce en una necesidad de hacer cambios en nuestro entorno.

Antes de seguir, decir, que si en tu vida sientes que todo está bien, todo fluye perfectamente, no hagas nada, las cosas que están bien no necesitan ser arregladas, no necesitan ningún cambio.

El sentido común debería decirnos que el Feng Shui es un ejercicio de armonía, que su objetivo es armonizar las energías presentes en nuestro entorno con las nuestras. Y esto es un ejercicio vivo porque todo tiene energía, que fluye y cambia con el paso del tiempo y que, por lo tanto, tendremos que mantener en equilibrio.

Evidentemente, cuanta más armonía consigamos crear, más favorable resultará nuestro entorno y habrá más probabilidad de que las cosas fluyan de manera favorable para nosotros. Pero cuidado, lo más favorable para nosotros puede no coincidir con lo que nosotros queremos.